El
Colegio de Farmacéuticos de Las Palmas y el Colegio de Médicos se coordinarán
para evitar los problemas que causan a los pacientes la falta puntual de medicamentos,
o de alternativas terapéuticas por desabastecimiento, mediante un sistema que
aprovechará el Centro de Información sobre Suministros de Medicamentos (CISMED)
para que los médicos tengan información a tiempo real a través de su Colegio de
los problemas que puedan originarse en el suministro de medicamentos.
Esta
colaboración fue uno de los puntos tratados en una reunión entre los
presidentes y secretarios de los colegios de Farmacéuticos y de Médicos de Las
Palmas que contó con la presencia del presidente del COF de Las Palmas, Juan
Ramón Santana, del presidente del Colegio de Médicos, Pedro Cabrera, del
secretario del COF, Fernando Guerra, de la secretaria general del Colegio de
Médicos, Marta León, y en la que también
participó el presidente del COF de Santa Cruz de Tenerife, Manuel Galván.
Los
directivos abordaron también la preparación de una campaña conjunta para
promover el uso habitual de la receta médica por parte de los usuarios, y la
promoción de acciones conjuntas en el, básicamente ámbito normativo, para evitar la
confusión que genera a los usuarios la
publicidad de establecimientos no sanitarios con pretendida finalidad sanitaria,
y el intrusismo. A este respecto, el COF de Las Palmas viene trabajando estos
asuntos con dentistas y otros colegios profesionales, a través de la Asociación de Colegios Profesionales de
Canarias.
El CISMED
El
Colegio de Las Palmas está colaborando con el Consejo General para la
implantación del CISMED en las oficinas de farmacia, ya que es fundamental su participación pues
son las que comunican los medicamentos
que no les han sido suministrados. El
Consejo ha informado de que ya hay 6.400 farmacias que envían información a
CISMED y, a pesar de ello, considera que es fundamental aumentar su participación
con el objetivo de conseguir una mayor calidad de la información.
El
CISMED permite generar información para
que el farmacéutico pueda tomar las decisiones pertinentes con el fin
garantizar, en la medida de lo posible, la continuidad de los tratamientos de
los pacientes y evitar alteraciones en la toma de los medicamentos. A
través de esta herramienta, el farmacéutico puede conocer qué medicamentos
están en falta y ofrecer alternativas, cuándo le es posible sustituir, o
informar al médico y/o paciente en el caso de que haya que revisar el
tratamiento para alcanzar los objetivos esperados en salud.