Manuel Herrera aboga en el Congreso de Burgos por una norma estatal común para la gestión de los residuos sanitarios en las farmacias
El
vocal de Salud Pública del COF de Las Palmas, Manuel Herrera Artiles,
solicitó una norma estatal común para la
gestión de residuos sanitarios y una norma de calidad ambiental específica a la
Farmacia Comunitaria, en la sesión técnica titulada “Gestión medioambiental
desde la Farmacia Comunitaria” del 21 Congreso Nacional Farmacéutico, celebrado
en Burgos con el lema “Farmacia 21,
más asistencial, más con el paciente, y más innovadora”.
Manuel
Herrera añadió que actualmente existe la norma ISO 14001, pero que no se adapta
a la actividad sanitaria realizada en las farmacias comunitarias, y recordó que
“no debemos olvidarnos de esa vertiente sanitaria de una gestión correcta de
los residuos en nuestra actividad profesional”.
En
su exposición, recordó que desde la publicación en 2008 de la “Directiva Marco
de Residuos”, transpuesta al ordenamiento jurídico español por la Ley 22/2011,
de residuos y suelos contaminados, se intentó desligar la relación directa
existente entre crecimiento económico y producción de residuos, con el fin de
reducir tanto la cantidad y contenido en sustancias peligrosas como los impactos
adversos sobre la salud humana y el medio ambiente de los residuos generados.
Las
farmacias comunitarias, dijo, están
reconocidas como establecimientos sanitarios por lo que, además de la norma
estatal sobre residuos les son de aplicación las normativas autonómicas
correspondientes de gestión de residuos sanitarios, que clasifican los residuos
generados en las actividades sanitarias en varios grupos que, a su vez varía
según la Comunidad Autónoma de la que se trate,
dependiendo de la forma de gestionar su eliminación.
Además
apuntó que los servicios farmacéuticos cada vez son más, y más variados, y hay
que tener en cuenta los residuos que se generan con cada servicio prestado.
Manuel
Herrera puso de manifiesto la disparidad existente en la regulación de los
residuos, e informó de que de las diecisiete leyes de Ordenación Farmacéutica
autonómicas solo cuatro, Andalucía, Asturias, Baleares y La Rioja, incluyen
entre las obligaciones de los farmacéuticos titulares la gestión de los
residuos generados en la actividad profesional.
También
contrastó el hecho de que los residuos de medicamentos están gestionados de
forma ejemplar por SIGRE, preguntándose qué ocurre con el resto de residuos:
casos de las agujas de insulina, lancetas de pruebas biológicas (glucosa,
colesterol,..), restos de fórmulas magistrales, residuos de productos químicos
o sus envases. En este sentido, explicó que lo “lo primero que debemos saber es
si se trata de residuos o envases de residuos peligrosos y hay que conocer la
forma de clasificarlos, etiquetarlos y almacenarlos adecuadamente hasta la
entrega a un gestor autorizado para su eliminación”.
Advirtió
asimismo que algunos de los residuos generados en la farmacia comunitaria están
considerados residuos peligrosos y detalló las obligaciones administrativas que
implican para los farmacéuticos.